Efectos de las micotoxinas
en la salud & productividad animal

Conocer los efectos de las micotoxinas sobre la salud y productividad de los animales de producción es esencial para evitar las grandes pérdidas económicas que de ellos se derivan.


Zoila Coloma Adaniya MV. MSc (Lima – Perú)

Gerente General – ZC Consulting.



Desde los primeros casos de micotoxicosis reportados en Inglaterra, en el año 1960, donde murieron más de 100.000 pavos (Austwick, 1978), se entiende la importancia de las micotoxinas en la producción animal. Actualmente, los empresarios enfrentan diversos desafíos que ponen en riesgo la rentabilidad y el crecimiento de su inversión.


Se ha determinado que las micotoxinas pueden ocasionar pérdidas anuales de hasta US$ 1,200 millones (IITA, 2012), lo que hace suponer que, dentro de los procesos productivos, las micotoxinas pueden ocasionar pérdidas considerables que debemos evaluar.


¿Por qué es tan complicado el control de las micotoxinas?


El mecanismo mediante el cual las micotoxinas generan sus efectos tóxicos aún no está completamente dilucidado, debido a sus estructuras químicas y órganos blanco. Se pueden presentar variadas respuestas, dependiendo de:





Inclusive, se han observado diferentes respuestas en individuos de una misma población.



La mayoría de las micotoxinas pueden provocar peroxidación lipídica, daño en las funciones y en las membranas estructurales, e inducir apoptosis. Así como también, pueden ocasionar inmunosupresión, hiperestrogenismo, hepatotoxicidad, nefrotoxicidad, neurotoxicidad y genotoxicidad (Mallmann y Dilkin, 2007; Tabbu, 2015).


Sabemos que, en condiciones naturales las contaminaciones pueden ser de niveles bajos a moderados, convirtiéndose en un desafío el poder reconocer los efectos que se presentan por la intoxicación crónica.


¿Cuál es el posible impacto económico de las micotoxinas en la producción animal?


De acuerdo a Naehrer (2012), el diagnóstico de las micotoxicosis se dificulta por la variación en posibles síntomas, el órgano blanco y las lesiones patológicas. La intensidad de los efectos se ve influenciada por:



Las aflatoxinas (AF) son consideradas carcinogénicas, hepatotóxicas, mutagénicas e inmunosupresoras.

Se ha reportado que las aflatoxinas (principalmente la AFB1), provoca la depresión completa del sistema inmunológico en aves; así como también, daño hepático, alteración del metabolismo lipídico, emplume deficiente, diarreas, deficiencia en la pigmentación, pérdida de peso de hasta 8%.

Interfiere con la síntesis de factores de coagulación generando carcasas con manchas de sangre (Imagen 1), lo que se traduce en pérdidas económicas por rechazo en el mercado.


Imagen 1. Las aflatoxinas alteran los factores de coagulación, ocasionando hemorragia subcutánea (Fuente: LAMIC).




IMPACTO DE LAS AFLATOXINAS

Se ha determinado por cada 35.000 pollos de engorde que consuman alimento contaminado con 20-60 ppb de AFB1 durante una campaña productiva, se pueden producir pérdidas que oscilan entre US$ 1.000 y US$ 4.000 (Tabla 1). Todo ello sin considerar los gastos logísticos, de mano de obra, energía, tratamientos, análisis, entre otros.





Uno de los efectos observados con frecuencia en animales que consumen dietas contaminadas con aflatoxinas, es la falta de uniformidad en los lotes (Imágenes 2 y 3).




Imagen 2. Falta de uniformidad en aves por consumo de alimento contaminado con aflatoxinas (Fuente: LAMIC).


Imagen 3. Falta de uniformidad en cerdos por consumo de alimento contaminado con aflatoxinas (Fuente: Mallmann y Dilkin, 2017).




En el año 2012, Andretta et al., reportaron que cerdos que consumieron alimento contaminado con micotoxinas, presentaron disminución de 21% en ganancia de peso, siendo deoxinivalenol (DON) y las aflatoxinas las micotoxinas que más afectaron los parámetros productivos. Esta disminucion podría verse reflejada en pérdidas de más de 118 mill US$ por año por cada 100 cerdas (Tabla 2).




En la Tabla 2, se observa que si el total de los cerdos destetados (28) llegara al peso de venta promedio de 117,5 kg PV, descontando el costo de producción, se obtendría US$ 53,8 de ganancia por cada animal.

Sin embargo, por el efecto de las micotoxinas podría alcanzar solo el 79% del peso promedio (92,8 kg PV). reduciéndose la ganancia a US$ 11,6 por animal.


Estos cambios en los parámetros zootécnicos están relacionados a alteraciones en el tracto gastrointestinal, que afectan la absorción de nutrientes, así como también a la reducción del consumo de alimento que puede ser ocasionada por el efecto anoréxico que tiene el DON, concomitante al aumento de la expresión de la citocinas proinflamatorias y de la hormona de la saciedad (serotonina).





Un dato adicional relevante sobre la AFB1, es que, al metabolizarse por hidroxilación, se transforma en aflatoxina M1, pudiendo ser fuente de contaminación al ser excretada en la leche y también en la orina de animales que han consumido alimento contaminado (Lee et al., 2017), pudiéndose presentar intoxicación en animales neonatos a través de la leche.


¿Cómo afectan las micotoxinas en producciones libres de antibióticos promotores de crecimiento (APC)?



Por los riegos que conlleva el uso inadecuado de los antibióticos promotores de crecimiento, la tendencia es disminuir y posteriormente retirar su uso en la producción animal.


El tracto gastrointestinal, es la principal puerta de entrada para la mayoría de los patógenos entéricos y sus toxinas. Los APC son usados para controlar la proliferación de patógenos en el tracto intestinal, principalmente de Gram negativos como Salmonella y E. Coli. Al retirar los APC, se pueden incrementar los signos y la susceptibilidad a enfermedades relacionadas con la presencia de micotoxinas.


FUSARIOTOXINAS

Las fusariotoxinas como la fumonisina y los tricotecenos, que son producidos principalmente por hongos del género Fusarium, tienen la capacidad de atravesar las membranas celulares a través de transporte pasivo, lo que les permite ser absorbidas fácilmente a través del sistema gastrointestinal e integumentario (Middlebrook y Leatherman, 1989; Wannemacher y Winer, 1977).

Además, alteran los diferentes mecanismos de defensa del tracto intestinal, como la integridad del epitelio, la proliferación celular, la capa mucosa, la producción de inmunoglobulinas y citoquinas, induciendo inmunosupresión y disminución de la respuesta a las infecciones.

Se ha reportado que la ingesta de alimento contaminado con DON predispone la presentación de enteritis necrótica.

En el intestino delgado, puede inducir a la falla de la digestión de nutrientes y fuga de aminoácidos plasmáticos en el lumen intestinal, proporcionando el sustrato ideal para la proliferación de C. perfringens.

Concentraciones no citotóxicas de DON y toxina T-2, promueven la invasión intestinal por Salmonella, incrementando su pasaje y ocasionando la translocación a través del epitelio intestinal(Antonissen et al., 2014).

Asimismo, se ha determinado que cerdos que consumen alimento contaminado con FB1, presentan lesiones más severas en enfermedades virales como el Síndrome Respiratorio y Reproductivo Porcino (PRRS) (Ramos et al., 2010).



CONCLUSIONES FINALES

Algunas micotoxinas son consideradas de mayor relevancia, principalmente por su prevalencia, nivel y por los efectos dañinos en la salud humana y animal. 

Los efectos negativos ocasionados por estas toxinas, se observan en el detrimento de la productividad animal, falta de respuesta a los programas de vacunación y a los tratamientos medicamentosos.

Las nuevas tendencias de crianza libre de APC, nos llevan a tener mayor conciencia del papel que juegan las micotoxinas dentro del proceso productivo; y a llevar un control más minucioso de los insumos, con el objetivo de minimizar los riesgos y las posibles pérdidas que puedan ocasionar estas toxinas.

Prevención de micotoxicosis
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