Sabry A. El-Khodary
Experiencias en el campo con micotoxinas y micotoxicosis

Hablamos sobre el impacto de las micotoxinas sobre la salud, estatus inmunitario y rendimiento productivo de los rumiantes con el Dr. Sabry A. El-Khodary,Catedrático de Medicina Interna, Vicedecano de la Facultad de Veterinaria, Universidad de Estudios de Posgrado, Investigación y Asuntos Culturales de Mansoura.

El Dr. Sabry A. El-khodary se licenció en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Benha en 1990, obteniendo su doctorado en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Kafr El-Sheikh en 2000. En 2003, recibió una beca personal de la Comisión Europea (programa TEMPUS), así como una beca de la organización alemana DAAD en 2004. En 2007, completó su beca posdoctoral de la fundación internacional japonesa Matsumae, a la que siguió otra beca posdoctoral en la Universidad de Agricultura y Medicina Veterinaria de Obihiro (Japón) en 2008.

Habiéndose dedicado a la docencia de Medicina Interna Veterinaria en universidades egipcias y árabes (Universidad de Trípoli), el Dr. El-khodary ha publicado 73 artículos en revistas internacionales revisadas por expertos y actualmente es miembro del comité científico para la promoción de profesores del consejo supremo universitario de Egipto, así como coordinador de acuerdos internacionales entre la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Mansoura y la Universidad de Liverpool.

Profesor El-khodary, usted tiene una destacada carrera profesional en Medicina Veterinaria, habiéndose centrado en las especies rumiante y equina. ¿Qué le motivó a dedicarse a la investigación en este campo? la Universidad de Liverpool.

Estimados lectores de Mycotoxinsite, me gustaría agradecerles esta oportunidad de compartir parte de mi experiencia en la investigación sobre micotoxinas.

Mi investigación se centra principalmente en rumiantes y equinos como profesor de Medicina Interna.

Al principio de mi carrera investigadora, mi profesor era un pionero en este campo. Me animó a ser un buen investigador. ¡Sus palabras me inspiraron para esforzarme y dar lo mejor de mí en el campo de la investigación!

Afortunadamente, mi sueño empezó a hacerse realidad cuando obtuve una beca en la Clínica Ganadera de la Universidad de Hannover, donde conocí a profesores de gran renombre y pude aprender mucho de ellos. Obtuve más experiencia y práctica colaborando con una escuela japonesa.

Después de eso, han surgido más y más ideas de investigación basadas en lecturas y observaciones y en problemas clínicos. Muchos de mis alumnos me han ayudado a poner en práctica mis ideas y a publicar muchos artículos de investigación.

¿Qué consejo daría a las nuevas generaciones de estudiantes y veterinarios que están pensando en seguir sus pasos?

Mi consejo a las nuevas generaciones de estudiantes y veterinarios que están pensando en seguir mis pasos es que cada uno tenga su propio sueño.

Sé perseverante para alcanzar tu sueño, no te rindas, sé optimista y cree que lo conseguirás.

Tradicionalmente, la toxicidad de las micotoxinas se ha asociado más con los cerdos y las aves de corral, considerando que las especies rumiantes eran más “resistentes” a los efectos de estas toxinas. En su opinión de experto, ¿es esto así? ¿Cómo afecta la exposición a las micotoxinas a la salud y la productividad de estos animales?

El punto de partida para que las micotoxinas afecten a la salud y la productividad de los animales es la inducción de estrés oxidativo, hipoxia, disminución de la fagocitosis e inmunosupresión.

Por ejemplo, A. fumigatus produce varias micotoxinas, entre ellas, tremórgenos que son tóxicos para el ganado.

Se ha encontrado gliotoxina, un supresor inmunitario, en animales infectados por A. fumigatus, con el consiguiente aumento de su virulencia.

Es probable que la gliotoxina, la toxina T-2 u otras micotoxinas que suprimen la inmunidad puedan ser un factor desencadenante del aumento de la infectividad de este hongo, dando lugar en última instancia al síndrome del intestino hemorrágico u otras infecciones fúngicas.

Las micotoxinas pueden afectar negativamente a la integridad intestinal, que actúa como barrera física impidiendo el paso de patógenos y toxinas. Además, también aumentan la permeabilidad y reducen la viabilidad de las células intestinales.

Las micotoxinas también afectan a la microbiota intestinal al provocar un desequilibrio en la población bacteriana.

Disminuyen la población bacteriana beneficiosa y aumentan la población bacteriana patógena. Por lo tanto, en relación con la vía anteriormente mencionada, se producen diversos grados de enfermedad clínica.

Además, las micotoxinas causan daños en el hígado, lo que influye en la capacidad de detoxificación del animal.

Como especialista en Medicina Interna, ¿cuáles son las principales micotoxinas que encuentra en su práctica diaria y cuáles son los síntomas que suelen hacerle sospechar de este tipo de problemas?

Desde el punto de vista clínico, las aflatoxinas son el tipo más predominante de micotoxinas encontradas en la práctica ganadera.

El ganado vacuno de leche y de carne es más susceptible a la aflatoxicosis que las demás especies.

  • Los animales jóvenes son más susceptibles a los efectos de las aflatoxinas que los animales maduros.
  • Los animales gestantes y en crecimiento son menos susceptibles que los animales jóvenes, pero más susceptibles que los animales maduros.

La toxicidad asociada a las aflatoxinas, en condiciones naturales, suele ser subaguda o crónica, dependiendo del nivel de exposición.

Ocasionalmente, también se observan casos agudos con signos de diarrea grave y muerte. Sin embargo, en los animales subagudos y crónicamente afectados, los signos son inespecíficos. El animal puede mostrar una tasa de crecimiento reducida, pérdida de peso, inmunodepresión, ictericia, enteritis hemorrágica, disminución del rendimiento y, en última instancia, la muerte.

A la hora de abordar una posible situación de exposición a micotoxinas en especies rumiantes, ¿cuáles son los pasos que recomienda para identificar el problema y remediar los efectos de estas toxinas?

Se recomiendan los siguientes pasos para identificar el problema y remediar los efectos de estas toxinas:

  • Se debe sospechar de las micotoxinas como posible factor primario en casos de pérdidas de producción, aumento de la incidencia de enfermedades y enfermedades atípicas.
  • Los signos clínicos documentados en rumiantes pueden utilizarse como guía general de los síntomas observados en el campo.
  • Los efectos sistémicos, así como los daños específicos en los tejidos diana, pueden utilizarse como guía de las posibles causas.
  • Los exámenes postmortem pueden no indicar más que irritación intestinal, edema o inflamación tisular generalizada.
  • Deben realizarse análisis de los piensos, pero un muestreo preciso es un problema importante.
  • Las respuestas a la adición de adsorbentes dietéticos o la dilución del pienso contaminado pueden ayudar en el diagnóstico.

Cuando el diagnóstico final es micotoxicosis, se recomienda la inactivación de la micotoxina en el tracto intestinal mediante el uso de productos que contengan levaduras no patógenas y/o adsorbentes como aditivos para piensos. Además, se aconseja el tratamiento sintomático del animal afectado.

La inclusión de adsorbentes de micotoxinas es una práctica habitual en la producción animal. ¿Tiene experiencia con estos compuestos? ¿Le han resultado útiles?

Por supuesto, tenemos experiencia con adsorbentes de micotoxinas sobre el terreno.

Los productos comerciales que adsorben micotoxinas o provocan biotransformación (levaduras no patógenas) son muy eficaces en la práctica clínica.

Algunas investigaciones han puesto de manifiesto que las micotoxinas y las endotoxinas juntas pueden tener efectos sinérgicos que pueden aumentar su impacto negativo global sobre la salud y la producción animal. ¿Ha observado esta relación? ¿Cree que el uso de adsorbentes también puede ser una forma de atajar la presencia de endotoxinas en el tracto intestinal de los animales?

En un trabajo sobre el retraso en el crecimiento (ill-thrift) de los terneros búfalos, se encontró una asociación entre el tipo y la calidad del concentrado y el retraso en el crecimiento.

En primer lugar, sabemos que las micotoxinas influyen negativamente en la integridad intestinal, que actúa como barrera impidiendo el paso de patógenos y toxinas.

Algunas micotoxinas disminuyen la producción de mucinas y dañan las uniones estrechas. También pueden afectar a la viabilidad de las células intestinales y reducir la proliferación celular, lo que conduce a una menor capacidad de reparación del intestino.

Este aumento de la permeabilidad de la capa epitelial intestinal favorece la filtración a la circulación no solo de micotoxinas, sino también de endotoxinas. Una vez en circulación, las micotoxinas aumentan la sensibilidad a las endotoxinas y viceversa, reduciendo la dosis mínima necesaria para generar una respuesta inflamatoria y ejercer efectos tóxicos en diferentes órganos.

Además, las micotoxinas pueden dañar el tejido hepático, responsable de la detoxificación de muchos compuestos nocivos, incluidas las endotoxinas.

Para superar este problema y prevenir estos efectos adversos, se recomiendan los “antimicotoxinas”, que adsorben o transforman las micotoxinas y, en consecuencia, combaten la presencia de endotoxinas en el tracto intestinal de los animales.

La susceptibilidad a las infecciones es un problema mundial en la industria ganadera, especialmente en el contexto de las enfermedades zoonóticas y el desarrollo de resistencia a los antimicrobianos. Teniendo en cuenta la importancia de reducir el uso de antimicrobianos y confiar en otras estrategias, como la vacunación, ¿cree que las micotoxinas reciben suficiente atención como factores de riesgo de inmunosupresión que pueden hacer que los animales sean más susceptibles a las infecciones y no respondan tan bien a los protocolos de vacunación?

Estudios recientes confirman que las micotoxinas inducen estrés oxidativo, hipoxia y efectos inmunosupresores. Por otra parte, las pruebas emergentes muestran que las micotoxinas tienen el potencial de inducir la senescencia celular, que está implicada en las funciones inmunomoduladoras.

Se ha documentado una mayor susceptibilidad a la infección causada por micotoxinas tanto en condiciones experimentales como naturales.

En los terneros, las aflatoxinas aumentan la susceptibilidad a E. coli EPEC/EHEC.

En los cerdos, la FB1 aumenta la susceptibilidad a P. multocida, E. coli ETEC/EPEC y S. typhimurium, además de inhibir la proliferación de células linfocitarias y alterar la producción de citoquinas.

La aflatoxina B1 aumenta la síntesis de IFN-gamma, una citoquina Th1 implicada en la respuesta inmunitaria mediada por células, y disminuye la síntesis de IL-4, una citoquina Th2 implicada en la respuesta humoral.

Esta alteración de la proliferación linfocitaria y de la producción de citoquinas podría explicar los fallos de vacunación observados in vivo.

La presencia de micotoxinas en los piensos puede provocar una alteración de la inmunidad vacunal y la aparición de enfermedades incluso en grupos vacunados correctamente.

Además de los efectos mencionados, también se ha documentado el efecto de la intoxicación por micotoxinas sobre la eficacia de los fármacos en aves de corral.

Por ejemplo, la contaminación del pienso con varias dosis de toxina T-2 redujo significativamente la eficacia anticoccidial del lasalocid en pollos. En consecuencia, se produjo un aumento de la tasa de mortalidad y el desarrollo de más lesiones.

En grandes animales, los estudios sobre el efecto de las micotoxinas sobre la eficacia de los fármacos son escasos, lo que puede deberse a que los rumiantes presentan cierto grado de resistencia a las micotoxinas en comparación con las aves de corral.

¿Cuál quiere que sea el mensaje que se lleven a casa nuestros lectores?

El moho existe mientras haya vida y, por tanto, las micotoxinas. Por ello, debemos luchar contra las micotoxinas en todo momento.

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